lunes, 26 de marzo de 2007

Sucia guerra (Nicolás Gramajo)

Para aquellos años
la revolución estaba enjaulada
en la propia piel de cada ser,
pero esporádicamente se podía
sentir distorsionar alguna guitarra,
algún saxofón derramando lágrimas
de melancolía, y al compás de la música,
sirenas y balazos como metrónomos
al otro lado del río.
Sin embargo al este
cobardía y música disco.

Ahora flores en tumbas vacías,
pañuelos secándose al sol
y camas armadas en cuartos intactos,
con telas de araña y polvo,
esperando.

Panzas llenas desaparecían
y al tiempo madres de mentira
enseñaban las armas de papá
a chicos inocentes.
Prisiones llenas de gente afortunada,
castigos, y dolor;
el verde de los jardines
no se debía al pasto,
y las botas no eran ni de goma
ni para chapotear bajo la lluvia.

Librerías sin libros,
disqueras sin discos,
periódicos sin periodismo
y noticieros sin noticias.
Gente gritando goles en los balcones
y en el apartamento de al lado
se lloran ausencias.

Como Venecia las calles
pero con marea roja,
despobladas o llenas de miedo,
y los gondoleros no llevaban
parejitas felices y enamoradas.


Los humanos derechos
No se dan con los
Derechos humanos

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