miércoles, 6 de febrero de 2008

Como quien muere dormido (Nicolás Gramajo)

Me voy, si, me voy,
pero me llevo conmigo
una gran colección de
noches, lunas, constelaciones,
amaneceres y besos,
en la puerta de tu casa.

Inolvidables noches
donde no nos decíamos
ni una sola palabra.
El cielo, tu y yo
en una silenciosa orgía.

Llegó la hora de partir,
sin emotivas despedidas
ni pesado equipaje,
un simple adiós.
Cargado solamente
de incontables imágenes
tatuadas en la retina,
para la eternidad.

Te dejo mis libros,
mis discos, mi ropa
y un millón de besos
para que me recuerdes
cada vez que abras tu biblioteca,
tu aparador, tu armario
o tu boca.
Ahí estaré, en tu memoria,
guardado en tus cajones
para cuando me quieras recordar.

No me pidas que te escriba,
no me pidas ni mi teléfono
ni me dirección,
me puedes encontrar cuando tu quieras,
entre el sístole y el diástoles
de tu corazón,
justo en la esquina de
las calles Recuerdo y Memoria.

Ahí estaré cuando me necesites,
cuando te sientas sola,
cuando te sientas triste
cuando no te puedas dormir
o cuando te seas feliz
y quieras brindar,
a toda hora.

Así que me voy,
apagando las velas
que ya salió el sol,
me voy, para no volver,
como quien muere dormido,
en un eterno silencio,
me voy, me voy,
me fui.

Dancing to the beat of jazz (Nicolás Gramajo)

So close to me
that i can hear your breath
although i can’t see you.
I can feell your shadow
behind me,
but when i turn back,
there is a whole lot of nothing.

In a dark corner,
avoiding the red lights,
i heard your voice in the next table,
but was just a saxophone’s whisper .
I see your sad eyes looking for something
in the middle of the emptyness,
but were just a pair of candles
burning the rest of my hopes.

With the smoke
dancing at the beat of jazz
i felt your smell on the beer.
And putting this napkin
in the pocket suiti go away,
as far as i can,
kicking little stones,
submerging in the deep, black night.

28800 ("Sancho Panza")

Sentado frente a mi tumbra de madera rectangular observo
blancos fantasmas deambulando frente a mi
no es el mal quien los hace seguir su rutina diaria
es la necesidad de más poder la que los empuja
blancas paredes me aprisionan, me encierran
se acercan hacia mi cada instante que pasa
cada segundo que muere a mi lado cae como un puñal en mi espalda
la ansiedad me gana y ya no puedo esperar a conocer el mundo
el exterior se ve tan fácil, tan disfrutable, tan lejano
y es que estoy dando mi tiempo a un fin que no lo vale
y es que estoy entregando mi juventud a gente que no lo valora
y es que la vida se me pasa mientras los chanchos se enriquecen
de nadie es la culpa, de nadie el error, es una vieja costumbre
tan odiosa, tan vulgar, obligacion de lo que no tienen
elección de los que le sobranes la vieja costumbre que nos martiriza en general
que dura mínimo ocho horas y se llama trabajar
sancho panza