miércoles, 11 de abril de 2007

Discutiendo en silencio (Nicolás Gramajo)

La frecuencia modulada
comienza a perderse y mezclarse,
haciendo interferencia.
El aire en la habitación
comenzó a espesarse cada vez más
y apenas entraba (y con dificultad)
por los orificios de la nariz.

Los vidrios comenzaron a empañarse
y el silencio se tornó
cada vez más incomodo.
Las caras largas y ojos extraviados,
se fueron contagiando,
cayendo como fichas de dominó.

El molesto ruido de la radio
ya perdió importancia
y los oídos se acostumbraron
hasta no oírlo,
las miradas se esquivan
y si por casualidad o curiosidad
se encontraban,
un leve e indescifrable gesto
era continuado por miradas al suelo.

Dos cabezas viajan solas en el comedor
a lugares totalmente distintos
(o no tanto),
los sentidos parecen desaparecer
o bloquearse,
y solo se encienden cuando el otro
toma una bocanada de aire
como para decir algo,
pero luego es despedida con furia
en forma de suspiro.

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