viernes, 1 de junio de 2007

Legajo de un cuarto de pensión (Nicolás Gramajo)

Hoy tengo todo lo que alguna vez soñé,
aunque nunca pedí mucho,
una casa propia y una mujer
que mantenga mis pies calientes
durante el invierno.
Pero también recuerdo
el antiguo cuarto de pensión,
compartido,
frío,
en el que viví parte de mi juventud,

Me viene a la cabeza el olor
a incienso barato,
encerrado,
sin ventanas,
mezclado con el infaltable aroma a cigarrillo,
los humos se mezclaban y bailando en el pesado aire,
subían y subían al alto techo.

El persistente chac chac chac chac
de la máquina de escribir,
las carcajadas en la habitación de al lado
y la mancha de humedad
que pinta la blanca pared.

¿Cómo olvidarme de eso?
si el fino colchón trazaba horizontales renglones
en mi pecho por las mañanas.

Amistad y compañerismo,
amistad y amistad,
inocencia y falsedad,
ruido y silencio,
comprensión y desconsuelo,


APARENCIA Y REALIDAD.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay momentos que puedes decir lo que se te antoja, gritar lo que sientes. Pero hay otros momentos (propios) que después de poder leer alguna clara realidad, te encuentras allí en ese posible sitio; imaginandote tal vez, la cara de quien redacto aquello que te hizo volver. Entonces abres el pecho y dejas salir una especie de verdad y no te queda otra cosa que decir que da gusto leer cosas así...