jueves, 10 de mayo de 2007

Con la frente en alto y los pies firmes ("Lyla")

-¡Basta!- me dijo- ¡no quiero verte!, ¡no quiero escucharte. Ya no sos nadie!
Esas palabras me atravesaron como dagas.
-¿Por qué?, pensé en silencio.
Quizas fué su exceso de ego lo que me fué apagando hasta oscurecerme por completo,
y en mi cabeza solo pasaba el tiempo mudo.
Mi represión interna dejóme un sabor amargo, un sabor de más.
Una puntada atravesó mi costado más débil hasta dejarme de rodillas ante mi orgullo;
ese orgullo cruel, mi mercenario, mi verdugo.
Mis pensamientos manifestaron su necesidad de libertad violentamente; más bien
salvajemente.
En mi pecho brotó una sed de venganza que no me dejaba respirar, no me dejaba vivir en paz.
Así fué que reorganizé mis pensamientos, mis prioridades y entablé una estrecha relación con mi lado mas oscuro; ese lado en el cual permanece un frío sofocante; un frio que quema.
Sólo predomina el silencio de mi soledad; solo vence la fuerza de mi voz.
Sólo soy lo peor de mi;
lo que nunca pensé obtener,
lo que realmente soy,
o lo que querías que fuese.
Ya no me conozco, ni tengo el agrado de conocerme.
Tal vez gira así este mundo; en medio de trampas y engaños; ¿acaso debo hacer lo mismo?.
Arrastrar sentimientos, enterrándolos en el fondo del olvido hasta hacerlos desaparecer
y seguir caminando así, como si nada,
con la frente en alto y los pies firmes.

1 comentario:

hojas de todos dijo...

Lyla!!!
perdón por la tardanza a la hora de contestar, pero ma vale tarde q nunca ¿no?
bueno, me mató este texto, está muy bueno.
ahora espero q sigas mandando cosas ¿puede ser?
un beso

nico