Si no estuvieran
esos cientos de ojos
pintados en la pared
mirando con malicia,
si dejara de llover sal
sobre mis heridas
(las tuyas),
si el destino nos hiciera un chiste
y nos juntara,
unas decenas de lunas llenas después,
por lo menos a dos horas de aquí,
algún libro más tarde
y pasadas un par de caídas,
te miraría con ojos de tristeza
sin sarcasmo ni violencia,
te pagaría un café
y te tatuaría un beso en la frente.
Tartamudeando preguntaría
por tu presente y tu futuro,
temblando rozaría
el revés de mis dedos
en tu mejilla
y olvidaría tus silencios,
pero por ahora
prefiero seguir jugando a las escondidas
que tan bien nos sale.

martes, 4 de septiembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Que bellas son tus letras, me impregnan de Nostalgia.
Jugar a jugar...
Te abrazo desde el alma.
Publicar un comentario