Todos duermen y les descosen
el fondo de sus bolsillos,
al otro día se levantan,
se ponen todos el mismo disfraz,
la misma careta, y salen.
Como títeres corren por las calles,
todos en la misma dirección,
contando las monedas que les quedan
para comprar una BigMac.
Como máquinas,
automatizadas, programadas,
donde cada minuto
tiene una acción asignada, a la misma hora
que el día anterior y que el próximo.
Un día se cruzan un mechón por la frente
y al otro se dejan un cerquillo,
o se hacen una cresta y después se tiñen,
un día usan all star y jogging
y al otro zapatos de taco y calzas
o mocasines y bombacha de campo.
Un día toman daiquiri y al otro fernet,
un día fuman marihuana y al otro toman extasis,
un día escuchan beatles y al otro cumbia,
un día se tatúan la cara del Ché
y al otro son de extrema derecha.
Los modismos están a la orden del día
y atrás de eso están los latifundistas
lati-fundiendo la sociedad,
tomando champagne y fumando puros,
mientras deciden quien gana el partido de mañana
o donde va a ser la próxima guerra.
lunes, 26 de noviembre de 2007
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